viernes, 6 de mayo de 2016

LA HERMANDAD DEL ROCÍO DE CÓRDOBA LA PRIMERA EN EMPRENDER SU PEREGRINACIÓN


Cuentan los peregrinos que el Rocío no se puede entender, hay que vivirlo, y lo cierto que bastan unos minutos junto al Simpecado para palpar la enorme devoción que arrastra la Blanca Paloma. Un año más, la filial cordobesa fue la encargada
 de abrir el camino con una emotiva despedida de la capital hasta el Polígono de Amargacena, donde la comitiva hizo su primera noche.


Tras la celebración de la Misa de Romeros oficiada por el capellán de la cofradía, Tomás Pajuelo, la hermandad del Rocío iniciaba su camino a las 18.20 horas con un tímido sol que se imponía a las nubes para iluminar la cada vez más voluminosa plata de la carreta. Exornada con un variado floralde rosas, statis y lilium, entre otras especies, la carriola esperaba la salida del Simpecado que, tras el himno de España, avanzaba al son de la marcha«Rocío, Esperanza y Madre nuestra», recientemente estrenada por la Agrupación Musical Cristo de Gracia. Tras ésta, la Salve rociera para entronizar el Simpecado y petalada desde el Ayuntamiento.


En cuanto a los numerosos estrenos de la carreta, se pudieron ver las dos columnas frontales, rematadas con un capitel de avispero, y los medallones del arco central, que en su parte delantera representa el escudo de la corporación y en la trasera el de la ciudad. Asimismo, la imagen de la Virgen de la Fuensanta y su divino Hijo, que acompañan al Simpecado de la Blanca Paloma, lucían nuevas coronas realizadas en plata de ley sobredorada por el orfebre cordobés Daniel Porras.


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