«Si el voto moderado se concentra en torno al PP, perderán los radicales y extremistas. Pero si el voto moderado se divide entre dos o tres fuerzas, saldrán beneficiados los extremistas». Este es el esquema sencillo que ayer plantó el líder del PP, Mariano Rajoy, ante un millar de simpatizantes en Málaga. El presidente del Gobierno en funciones y candidato popular plantea para el 26 de junio la misma propuesta que hizotras las elecciones del 20D: la gran coalición con el PSOE, y«si quiere», también con Ciudadanos. Rajoy explicó que las encuestas sitúan a la coalición Unidos Podemos en segundo lugar, por delante del PSOE, porque han sabido concentrar sus fuerzas, y ha pedido lo mismo en torno al PP, apelando a votantes descontentos con C’s, pero también con los socialistas. Rajoy insiste en polarizar la campaña: «Sólo hay dos opciones: el PP o los radicales», dijo, en alusión a la formación de Pablo Iglesias. El candidato popular reconoció ayer que unas terceras elecciones generales serían un ridículo mundial.
Rajoy mantuvo por la mañana una conversación informal con los periodistas que cubren su campaña en la que advirtió de que si el líder socialista, Pedro Sánchez, hubiese aceptado su propuesta no se encontraría en la situación actual, con el PSOE a punto de convertirse en tercera fuerza. Y aunque subrayó la difícil situación de los socialistas, cree que el PSOE ya no puede bajar más de lo que le dan las encuestas, porque es un partido con muchos años de historia. Rajoy se ha hecho fuerte, pese a que los sondeos apuntan que el PP perderá apoyos, porque sigue manteniendose por encima del 30 por ciento del sufragio. Aunque admitió que no cree que su partido y C’s sumen los escaños suficientes.
Rajoy no quiso especular sobre lo que van a hacer sus adversarios tras las elecciones: si el PSOE acabará pactando con Podemos o si el partido de Iglesias pondrá encima de la mesa la ventaja en votos si no la consigue en escaños sobre los socialistas. El presidente llegó a decir que Iglesias le trae sin cuidado. Rajoy no quiso adelantar si volvería a declinar un ofrecimiento del Rey para la investidura como hizo tras las elecciones de diciembre, si no logra convencer a sus rivales para formar la gran coalición o para que le dejen gobernar en minoría.
Por su parte, Sánchez aclaró ayer en una entrevista radiofónica que no aceptará Iglesias sea presidente del Gobierno si no renuncia al referéndum de autodeterminación en Cataluña y a su plan económico, al considerar que pone en riesgo la recuperación. Sánchez reiteró que no apoyará ni por activa, ni por pasiva, la reelección de Rajoy ni de ningún otro candidato del PP, pero en caso de que el PSOE quede tercero, también rechazó investir a Iglesias si no varía su programa. «No vamos a apoyar a ningún gobierno que fragmente la soberanía nacional de España y no vamos a apoyar a ningún gobierno que cuestione la viabilidad económica y social de nuestro estado del bienestar y del incipiente crecimiento económico que ahora estamos disfrutando», dijo. «El objetivo no son nuevos electores, sino movilizar a los socialistas abstencionistas y a los que se arrepienten de haber votado a Podemos», aseguró.
El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, le replicó que «no es de recibo» que Sánchez «oculte información tan fundamental para la ciudadanía» como decir con qué fuerza va a pactar tras el 26J.
Desde Vigo, el candidato de C’s, Albert Rivera, respondió a Rajoy que su formación es la que representa «el voto útil», y avanzó que no cree que «nadie va a poner su sillón por delante de España», pero si alguien lo hiciera, dijo, «no se puede descartar totalmente» la posibilidad de investir presidente a un diputado de consenso que no haya sido cabeza de lista, para que no haya terceras elecciones.
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